7.2.11

I Día Internacional de Meterse con Nicholas Cage

Queridos lectores, queridas lectoras:
Es con un gran orgullo y satisfacción que corto (figuradamente) la (figurada) cinta inaugural de esta nueva festividad. Una festividad creada para que todas las gentes de buen corazón se regocijen, se congratulen y se reproduzcan por gemación y sufran hemorragias de pura satisfacción.

¡El Día Internacional de Meterse con Nicholas Cage! *aplausos, fanfarrias*
¿Quién no odia a Nicholas Cage? Los sordociegos, probablemente, sean la única población a la que se le pueda disculpar el admirar o tan siquiera soportar a Cage. Para el resto, sólo puedo decir que son gente siniestra, triste, de visión retorcida y con unas prioridades totalmente desordenadas. Como los católicos, vaya, pero casi peor si me apuras.

Es el momento, ciudadanos. Salgamos a las calles, henchidos de amor al prójimo (siempre que el prójimo no sea Nicholas Cage, claro), abracémonos, cantemos todos unidos en el desprecio más profundo y la incomprensión más absoluta ante el éxito de alguien sin ningún talento aparte de parecer una pera con dientes. Alguien cuyo pelo da tanto miedo como el cuadernillo de ortografía de Belén Esteban. Alguien cuya expresividad facial está tan fuera de lugar como la de alguien que hubiera sido operado del cerebro por el método de la pedrada en la nuca. Alguien con el carisma y el encanto de, no sé, Rajoy... y probablemente con su capacidad verbal también. Alguien, en fin, que si algún día fecunda a Shakira, producirá una raza de abominaciones con el poder de convertir los oídos y los ojos de todo aquel ante el que se presenten en compota de pera.
No permitáis que ese día llegue. Santificad esta fiesta. Glorificad todo denuesto de Cage, porque en ello nos va la salvación. Recordad que Shakira, si le ve triunfar, se abalanzará a cuatro patas haciendo el pino-puente contra él con la vagina por delante chasqueando de impaciencia.
Tomémonos este momento para alabar y meditar en el misterio de Piqué, cuyo sacrificio en el altar de la Vulva Shakiriana nos salva de este horror. Su trabajo es mantenerla ocupada hasta la menopausia, momento en el que no pasará nada por que conozca a Nicholas Cage y tengan sexo. Mientras tanto, gracias Piqué. No hacía falta que te inmolaras en ese altar para fingir demostrar que no eres gay. Te querríamos follar igual.

Usad este vídeo para vuestras meditaciones de hoy, hermanos y hermanas, y recordad siempre este día. El día en el que el hombre (y Loretta) se levantó contra la tiranía de Nicholas Cage.